martes, 2 de diciembre de 2014

Dolor

Por Chelo Payá                    

El dolor en el mundo es tremendo y pienso en lo que sufren las personas que no tienen acceso a que se lo remedien, y en la suerte que tenemos los del primer mundo que, apenas nos ocurre algo, vamos corriendo a que nos den alivio como si no pudiéramos resistirlo.

Destello   [foto: Paco Pascual]
Estoy reflexionando hoy sobre ello porque hace unos días me caí y no acudí a ningún sitio porque creí que no tenía importancia, pero a medida que van pasando los días me duele más. Creo que al final tendré que ir a que me lo revisen.

Por la noche, cuando estoy acostada y siento como si las costillas se me juntaran, oprimiendo mis pulmones, pienso en las personas que en las guerras no mueren y quedan malheridas o en otras que no tienen disposición ni economía ni seguridad social…, que están sin medios y tiene que sufrir por obligación. Es entonces cuando se me encoge el corazón y ya lo mio deja de tener importancia. Sigo sin ir a revisión porque  lo siento todo soportable.

¿Por qué creemos tener derecho a todo?
¿Por qué alguna vez no nos ponemos en el lugar de los marginados?
¿Por qué, solo pensarlo, nos horroriza que pueda cambiar nuestra posición?

Estas tres preguntas son pensables cuando las leemos, pero impensables en nuestra vida cotidiana, se nos olvidan de inmediato cuando vamos a fregar los platos y abrimos el grifo y sale agua caliente o fría; cuando oímos en la radio que la temperatura es de 5º y sacamos la prenda adecuada para no pasar frío, y colocamos en la cama la manta que tenemos guardada; cuando nuestros pequeños nos piden pan y siempre tenemos un trozo para calmar no el hambre si no la necesidad del momento.

Recuerdo que cuando era pequeña y no quería el trocito último del pan, y lo quería tirar, mi madre decía:
— Chelín, no lo tires, por si algún día lo tienes que recoger.

Yo no lo entendía pero no lo tiraba, y me lo comía aunque me pareciera raro que el trocito de pan, años después, pudiese seguir allí. Hace mucho tiempo que ya lo entendí.