miércoles, 21 de noviembre de 2012

Con retraso, pero con amor

Por Chelín Payá

Chelín, Mari Carmen y Rosetta
Estoy en la cama, sola en la habitación, y no me había sentido nunca tan acompañada como ahora. Noto las energías que me dan cantidad de amigos/as. Noto su presencia en mí y es una sensación que me da vida.

Cuando la vida es normal (rutina) no percibes el conjunto de personas, que están a tu alrededor, que te necesitan y que tú necesitas para vivir; estamos enlazados por unos hilos invisibles que nos atan a todos para que estemos unidos y poder seguir.

Me pongo triste por que se ha roto uno de esos hilos que a mi me sostenían, que me arropaba mucho cuando había momentos en que yo desesperaba. La llamaba y me amparaba en los días de reposo. Le mandaba mensajes con un valenciano pésimo, y me contestaba que la ternura que yo le daba la entendía de todas maneras.

Como estos días he leído cantidad de reflexiones para ella, no quiero que le falte la mía.

Terminaré como siempre le decía…

 “Necessite que em digues algo per a animar-me. Et vull”

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