Por Chelín Payá
Tere i Joaquín, els amfitrions de la vetllada [foto: Rafa Silvestre] |
Como la primera vez sentí la ilusión en mi corazón. Estaba pendiente, inquieta, emocionada. Quise cambiar de carta pero el “as de oros” me persiguió toda la noche; si he de ser sincera cambié, pero sin convicción. No pensaré nunca que hay una carta mejor y más bonita que esta.
No se si me excedí con “tonterías”, pero estaba eufórica y quería que, como yo lo estaba pasando tan bien, contagiar a todos los allí reunidos.
Gracias por hacerme comprender que la felicidad existe, aunque sean momentos breves.
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