Por Chelo Payá
Hace unos días que mi mente no acierta a centrarse, todo son porqués, pero aún así, pase lo que pase, mi interior se encuentra muy arropado por si mismo y eso me hace crecer y no dudar.
¿Cómo se puede cambiar tanto?, ¿cómo nos pueden descolocar acontecimientos que deseamos?, ¿cómo se nos escapan las ilusiones y los deseos?
Hay veces que ansío una meta para motivarme, y es cuando me doy cuenta que pretender que sea muy alta es difícil si antes no venzo las metas sencillas del día a día, solo así, sin darme cuenta, ir avanzando en lo que me conviene y en lo que no, para llegar a ella.
Pienso que cuando no alcanzo lo que me gustaría es porque voy por un camino lleno de piedras, unas muy grandes, otras pequeñas, pero ninguna me molesta para tener el camino limpio y perfecto, ¡no las quiero quitar!; con las pequeñas considero que no vale la pena invertir tiempo porque casi no estorban, y las grandes pesan tanto que yo sola no puedo con ellas, tengo que hacer un gran esfuerzo y me desanimo, por lo que también se quedan allí.
Con este ejemplo reconozco que no mejoro ni prospero en mis defectos.
Hace unos días que mi mente no acierta a centrarse, todo son porqués, pero aún así, pase lo que pase, mi interior se encuentra muy arropado por si mismo y eso me hace crecer y no dudar.
¿Cómo se puede cambiar tanto?, ¿cómo nos pueden descolocar acontecimientos que deseamos?, ¿cómo se nos escapan las ilusiones y los deseos?
Transparencia [foto: Paco Pascual] |
Pienso que cuando no alcanzo lo que me gustaría es porque voy por un camino lleno de piedras, unas muy grandes, otras pequeñas, pero ninguna me molesta para tener el camino limpio y perfecto, ¡no las quiero quitar!; con las pequeñas considero que no vale la pena invertir tiempo porque casi no estorban, y las grandes pesan tanto que yo sola no puedo con ellas, tengo que hacer un gran esfuerzo y me desanimo, por lo que también se quedan allí.
Con este ejemplo reconozco que no mejoro ni prospero en mis defectos.
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