miércoles, 29 de enero de 2014

Lección de psicología (a mi manera)

Por Chelín Payá

Quiero comenzar el año escribiendo lo que me aportó la clase de psicología de Isabel Valenciano, del 15 de octubre de 2007.

El ejercicio consistía en cerrar los ojos y concentrarse en uno mismo, sintiendo la respiración como si en el mundo nada más importara y, así de centrados, ir relajando cada una de las partes de nuestro cuerpo. Seguidamente nos dijo que pensásemos en un sitio donde nos encontráramos relajados y felices (playa, campo, casa…), y fue a partir de aquí cuando comencé a dar rienda suelta a mi imaginación.

Me metí en una habitación donde solo encuentro amor, ternura, comprensión…, en el mismo sitio donde mi yo interior se libera. Tal como nos indicaba Isabel, iba recreándome mirando las paredes, la ventana, el armario, la lámpara. Sentía en mi cuerpo el ambiente tan cálido que allí encuentro. En ese momento nos dijo que imaginásemos que hacia nosotros se iba acercando un niño o una niña y que debíamos acariciarlo pues lo necesitaba; que le diéramos calor; que su piel se pegara a la nuestra; que lo quisiéramos tal como era. La niña que se me acercó era yo.

De eso se trataba el ejercicio, de sentir, de querer a la persona (al niño) que no se puede separar de nosotros, porque somos eso, lo que nos gusta y lo que no, y hemos de aprender (si aún no lo sabemos) a querernos con defectos y virtudes… ¡tal como somos!

domingo, 19 de enero de 2014

Teatre Calderón

Por Chelín Payá

Nuestro debut en el Calderón —me refiero al Coro— era una experiencia que nos provocaba inquietud, responsabilidad y nerviosismo, todo de una manera particular. Solo pensábamos en nosotros antes de la actuación, antes de la Gala DEPENDENTS A ESCENA.

Una vez finalizada, esa inquietud, esa responsabilidad y ese nerviosismo se habían elevado a una dimensión diferente. Ya no había nadie pensando en si mismo. Nos habíamos entregado a una causa solidaria donde, únicamente, se piensa en los demás.

Tengo muchas cosas sobre las que meditar, reflexionar…, digerir. Hoy se me han amontonado sentimientos que no creí tener. Me ha emocionado compartir unas horas con personas que su día a día es completamente diferente del mío, y me han enseñado que estar triste no conduce a nada positivo y que, por encima de todo, la alegría es su lema.

Se ha nombrado a una “estaca” que hay que erradicar y romper allí donde se encuentre. Para mi, hoy, una estaca se me ha clavado en el corazón y pido que no salga de ahí mientras viva, para que recuerde como duele no ser comprendido, tener problemas sin que nadie los vea, querer llorar y no disponer de un hombro amigo en el que consolarse, y aún así levantar el ánimo y seguir adelante.

jueves, 16 de enero de 2014

Dependents a Escena: els textos del cor

Cartell de l'acte amb la participació, entre d'altres,
de la Coral Sènior de la UPV-Campus d'Alcoi.
El Cor Senior de la Universitat Politécnica de València, Campus d’Alcoi, estem presents en aquest acte solidaritzant-nos amb la Plataforma en Defensa de les Persones en Dependencia de l’Alcoià i El Comtat, i amb totes les persones que depenen i necessiten que es complisca aquesta llei per a continuar endavant amb el seu incert dia a dia, i perquè, com a que som gent gran (només cal mirar-nos), any rere any, també sentim eixa esmentada incertesa de si, quan ho precisem, podrem disposar de tot el que és necessari per tindre a algú al nostre costat que ens ajude a viure amb tota la dignitat que, com a persones, tots ens mereixem. 

També, perquè creiem que és imprescindible implicar-se per a conseguir que no ens destruïsquen la nostra capacitat per a reivindicar que, per damunt de altres coses i altres interesos, som les persones les que realment devem d’importar en tot moment, i en cadascuna de les etapes de la vida.  

Paco Pascual 

Si con palabras se solucionaran los problemas, ¡estaría hecho! Deseamos que todo lo que se necesita se obtenga sin dilaciones, y aunque parezca muy poco lo que se consigue, es mucho, porque todos los que estamos aquí ya miramos a un mismo sitio.
  
Chelín Payá 

El Cor de la Senior es solidaritza i reivindica el drets de les persones dependents, aportant el que ens agrada fer: CANTAR; que com molt bé deia el recentment desaparegut Nelson Mandela: “LA MÚSICA ME LIBERA”.

Per a tots vosaltres…
Laura Botella

sábado, 11 de enero de 2014

Meditación

Por Elvira Granados

Quisiera poder expresar todo lo que la música significa para mí, aunque me cueste mucho aprenderla.

Pienso en el tiempo que me queda de poder disfrutar de esta oportunidad que la vida ha puesto en mi camino a los sesenta (…y pico) años. Cuando estoy en clase de música, solfeando, el tiempo pasa volando, es una terapia para mi alma, son ratos en que los problemas quedan aparcados, y me digo: ¡Qué lástima que esto no lo haya hecho antes! Pero le doy gracias a la vida por darme esta oportunidad, que disfrutaré mientras me sea permitido.

Se que cantando tengo dificultades, estudio tanto que llego a los ensayos casi sin voz y, aunque en casa me lo se, tengo problemas para acoplarme a las demás voces, por lo que, con demasiada facilidad, me paso a la voz de las sopranos. Esto me hace sufrir y no se que hará el profesor conmigo.

martes, 7 de enero de 2014

"La música une y libera"

Por Laura Botella 

Aún parece que se perciban los sones de las campanadas de la noche del 31 de diciembre. En el ánimo de muchísimas personas está la cita televisiva del Concierto de Año Nuevo. Llegada la hora, y ya frente el televisor, comienza el espectáculo. Tan solo con el saludo del locutor, los sentidos se ponen en marcha. La vista goza de la arquitectura del edificio, de las lámparas que de tanto brillo deslumbran, del arreglo floral que bien merece ser tratado de arte. Con que sutileza están colocadas las flores, con distintos matices de un mismo color, que hasta parece que se percibe su perfume. El presentador, con una voz muy bien modulada, anuncia la obra a interpretar. Con los primeros compases parece que, desde la partitura, todas las notas con sus alteraciones (bemoles, sostenidos), ligaduras y otras anotaciones, se trasladen hasta tu piel. Llega el escalofrío y de repente te desplazas al más pequeño de los rincones disfrutando de las páginas célebres de los Strauss y demás compositores que van sonando. El oído también se deleita con el sonido de cada uno de los instrumentos.

En el descanso, las cámaras ofrecen un recorrido por los exteriores que resulta tan gratificante como relajante. Los prados verdes, las montañas que parece que tocan el cielo, los ríos que, con su murmullo, obsequian su melodía.

Durante la segunda parte todo es más rápido, la “maquinaria”, disponiendo ya del rodaje del inicio, entra en situación de inmediato. Cuando alguna de las obras está acompañada por los bailarines, aflora otro sentimiento: ¿cómo pueden moverse con esa agilidad?

Llegado el final del concierto, que me sabe a poco, viene a mi mente la cita  de Mandela:

“LA MÚSICA UNE Y LIBERA”

sábado, 4 de enero de 2014

Concierto de Año Nuevo

Por Chelín Payá 

Otro año que, como un rito, veo el concierto de año nuevo (no sabría hacer otra cosa a esa hora), pero esta vez, cuando comenzó, me sentí diferente. Este año observé cosas más profundas. Escuchando la música no me fijaba en como iban vestidas las señoras, ni me fijaba en el color de las guirnaldas…, esta vez venían a mis ojos cosas que sólo el corazón percibía.

En los salones había una biblioteca preciosa y pensé en los libros que, aunque parecen herméticos, deben sentir el consuelo de no estar solos, y percibir la placidez de formar parte de una belleza que ni imaginan.

Llamó mi atención un bosque. Los árboles nacen separados y parece que no se van a juntar nunca, pero no es cierto, sus copas se rozan en una caricia perpetua, y pensé que sería maravilloso poder acariciar con esa intensidad y a la vez con esa delicadeza, a la persona amada.

Veía las estatuas que personalmente a mi me entristecen, pero que disponen del privilegio de ver pasar la vida de los demás, con sus alegrías y tristezas…, sin perder la suya.

Miré las columnas que, como la base de los monumentos, sostienen con su sobria majestuosidad las maravillas hechas por los hombres.

También me fije en la cantidad de razas que había entre los espectadores. Todos impecables, con sus mejores galas, oyendo y disfrutando de una de las cosas mejores de nuestro mundo: la música.

Di gracias por ser una de las privilegiadas, ¡lo estaba viendo y oyendo un año más!, y pensé en aquellas personas que, sin haber hecho nada, están marginadas a no tener nunca la oportunidad de sentir estas sensaciones.

Entré en mi interior y me di cuenta de la ambigüedad de mi vida, no soy capaz de cambiar nada a mí alrededor. Sólo entonces pensé en la importancia del esfuerzo individual y en lo poco que lo ejerzo.