Por Chelín Payá
Nuestro debut en el Calderón —me refiero al Coro— era una experiencia que nos provocaba inquietud, responsabilidad y nerviosismo, todo de una manera particular. Solo pensábamos en nosotros antes de la actuación, antes de la Gala DEPENDENTS A ESCENA.
Una vez finalizada, esa inquietud, esa responsabilidad y ese nerviosismo se habían elevado a una dimensión diferente. Ya no había nadie pensando en si mismo. Nos habíamos entregado a una causa solidaria donde, únicamente, se piensa en los demás.
Tengo muchas cosas sobre las que meditar, reflexionar…, digerir. Hoy se me han amontonado sentimientos que no creí tener. Me ha emocionado compartir unas horas con personas que su día a día es completamente diferente del mío, y me han enseñado que estar triste no conduce a nada positivo y que, por encima de todo, la alegría es su lema.
Se ha nombrado a una “estaca” que hay que erradicar y romper allí donde se encuentre. Para mi, hoy, una estaca se me ha clavado en el corazón y pido que no salga de ahí mientras viva, para que recuerde como duele no ser comprendido, tener problemas sin que nadie los vea, querer llorar y no disponer de un hombro amigo en el que consolarse, y aún así levantar el ánimo y seguir adelante.
Se ha nombrado a una “estaca” que hay que erradicar y romper allí donde se encuentre. Para mi, hoy, una estaca se me ha clavado en el corazón y pido que no salga de ahí mientras viva, para que recuerde como duele no ser comprendido, tener problemas sin que nadie los vea, querer llorar y no disponer de un hombro amigo en el que consolarse, y aún así levantar el ánimo y seguir adelante.
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