Por Chelo Payá*
Humildad [foto: Paco Pascual] |
Estoy recordando y han sido un cúmulo de cosas: las lecturas, la música adecuada a cada una de ellas, las voces…, los silencios, el ambiente, la conexión que se ha logrado entre todos nosotros.
Estaba como si estuviese descubriendo la novena maravilla del mundo y no sabía como dar las gracias, ni a quien, por permitirme estar allí viendo flotar en el aire: la poesía.
¿Cómo pueden fluir de mis ojos tantas lágrimas y ser feliz?
¿Cómo se pueden vivir tantos años sin probar el alimento del alma?
Me lo pregunto y ya creo que se la respuesta: estas lágrimas dulces (no producidas por el dolor) las tenía guardadas para momentos como los de hoy.
He vivido muchos años alimentando mi cuerpo que se ha desarrollado, pero mi vida interior era más pequeña y hace unos años que está creciendo y comenzando a vivir.
* A partir de la publicació d'aquest text el nom de la nostra col·laboradora deixarà el diminutiu amb el qual signava habitualment. Es tracta, sens dubte, d'un text ben adient per a fer-ho.
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