sábado, 22 de diciembre de 2012

Reflexión en Navidad

Por Laura Botella

Tanto en las grandes superficies como en las demás tiendas ya se va notando la cercanía de la Navidad.

“Alegría en el mundo, Jesús ha nacido”, dice  el estribillo de un conocido villancico.

Se podría traducir por: ¿consumismo? o ¿laicismo? Es verdad que los tiempos han cambiado, pero en sí el espíritu de la Navidad no tendría que haber llegado donde ha llegado. Quizá lo único que sigue en su lugar es la inocencia de los niños, llegada la festividad de los Reyes Magos.

Nosotros, los que ya hemos vivido alguna que otra Navidad (contando en decenas), deberíamos hacer reflexionar a los más cercanos, digamos hijos, nietos…, siempre y cuando nos quieran escuchar.

Deberíamos  pensar que la Navidad no se mide por los alimentos que hay en la mesa, por las pieles que llevamos puestas ni por la cantidad de “estrenes” que se reparten ni los regalos que se dan y se reciben.

Dadas las circunstancias económicas del momento cabría poner en marcha la imaginación, tirar de ella y con mucho amor, cada uno con los suyos volver atrás, llenar las veladas y citas familiares  de cantidad y calidad en el trato; recordar a los que ya no pueden ocupar su silla en la mesa; hacer propósitos de reunión en más ocasiones para sentir la cercanía de la familia; distinguir que las cosas más pequeñas son las que más felices nos hacen.

¡Feliz Navidad!

P.D. Pensemos que vale la pena: si ser más personas o ser más “máquinas tragaperras”

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