Ahora la vida no es que tenga otro valor para mí, simplemente es que la analizo más. Hoy pensaba en cosas muy profundas, de esas que nos parece que no lo son.
Antes cuando hacíamos un viaje invertíamos mucho tiempo, nos parecía eterno, pero era maravilloso; entrábamos en todos los pueblos del trayecto, bebíamos en sus fuentes, descansábamos en sus parques y tomábamos un café en sus bares. Ahora, con las autopistas, llegamos antes a nuestro destino pero dejamos de conocer a la gente, no sabemos, y ni siquiera nos interesa, si aquellos pueblos que cruzábamos han cambiado.
Creo que con las prisas estamos fallando en algo muy importante: no conocemos a los que viven a nuestro alrededor (amigos, vecinos…), siempre hay algo que nos atrae más que prestarles atención a ellos, y sin darnos cuenta vivimos cada vez más individualmente, la conexión con los demás es más difícil. Estamos construyendo una autopista en nuestro corazón.
La existencia es un ciclo. La Tierra, el Sol, nuestra vida, la de una flor…, todo comienza y termina. Con todo gozamos, y también sufrimos. Pensamos que todo está en nuestras manos, y todo lo tenemos que soltar. No hay nada infinito en el universo, todo es finito. La palabra “siempre” creemos que nos pertenece y que su significado es permanente, pero es como un soplo que apenas se percibe.
No podemos ni debemos precipitar ningún acontecimiento ni importante ni sencillo. En la vida todo lo tenemos en el momento justo, en el que nos conviene.
Antes cuando hacíamos un viaje invertíamos mucho tiempo, nos parecía eterno, pero era maravilloso; entrábamos en todos los pueblos del trayecto, bebíamos en sus fuentes, descansábamos en sus parques y tomábamos un café en sus bares. Ahora, con las autopistas, llegamos antes a nuestro destino pero dejamos de conocer a la gente, no sabemos, y ni siquiera nos interesa, si aquellos pueblos que cruzábamos han cambiado.
Creo que con las prisas estamos fallando en algo muy importante: no conocemos a los que viven a nuestro alrededor (amigos, vecinos…), siempre hay algo que nos atrae más que prestarles atención a ellos, y sin darnos cuenta vivimos cada vez más individualmente, la conexión con los demás es más difícil. Estamos construyendo una autopista en nuestro corazón.
Reverberación [foto: Paco Pascual] |
No podemos ni debemos precipitar ningún acontecimiento ni importante ni sencillo. En la vida todo lo tenemos en el momento justo, en el que nos conviene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario