miércoles, 30 de abril de 2014

SMS

Por Chelo Payá

Abrigo  [foto: Paco Pascual]
El sms de una amiga me ha hecho recordar que siendo pequeña vi, en un libro, unos dibujos que no he olvidado porque me hicieron pensar en muchas cosas. Los dos dibujos representaban lo mismo: unas nubes en lo alto del cielo y una habitación con un lecho. El tema era el nacimiento y la muerte.

En las nubes del primer dibujo había unos ángeles llorando porque de sus manos se desprendía una niña que venía a la Tierra, donde su madre la recibía con una alegría inmensa mientras estaba en la cama rodeada de familiares, todos muy contentos por la llegada de la niña, a la que acogieron con todo el amor que cabía en sus corazones. En el segundo dibujo había una viejecita en la cama acompañada por sus hijos y nietos, muy tristes. Lloraban porque sabían que no la iban a tener más entre ellos; se les estaba escapando sin poder hacer nada, mientras en el cielo, —a la inversa que en el primer dibujo—, se la estaba esperando con los brazos abiertos. Los ángeles que años antes o momentos antes, según como se mida en el tiempo, la habían dejado venir al mundo ya no podían estar sin ella y la estaban reclamando.

El sms que me ha traído estos recuerdos decía textualmente: “Recuerda que el día que naciste todos reían y tú llorabas. Vive de tal manera que cuando mueras todos lloren y tú rías“.

Puede dar la impresión de que la persona que piensa en estas cosas está triste, y es todo lo contrario. La vida tiene más fuerza si comprendemos la importancia de cada momento vivido, y de los que aún nos quedan por vivir.

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