sábado, 21 de octubre de 2017

Citas

Por Chelo Payá      
(30 enero 2016)
 
Brío [foto: Paco Pascual]
    Las vidas se separan sin que lo determine nadie. Estoy en un autobús camino a casa, son las siete de la tarde y me parece que es media noche; estamos a principios de enero y es por eso que ya está todo oscuro. Tengo la sensación de estar recorriendo toda la provincia de Alicante, salgo de un pueblo, entro en otro. Voy con personas que no conozco, cada una ensimismada en sus pensamientos, y los míos son que…, al marcharme y despedirme de los que quiero me estoy enseñando a decir adiós, cosa muy difícil que ni la queremos ni la sabemos hacer, porque en ese mismo instante ya pensamos en volver.

     Estoy en la cama, son las doce de la noche, y por una rendija de la persiana he vista la Luna y he tenido como una explosión de ideas. No quería levantarme a coger el lápiz porque hace mucho frio, pero no quiero dejarlo pasar. La Luna ha iluminado tanto la habitación como mi cabeza.



    Cada vez que repaso lo que escribo y pongo citas que me decían mis padres las escribo en castellano y no resuenan igual en mi corazón, así que a partir de ahora trataré, como mínimo, de escribir en valenciano la voz de mis padres, cuando me hablaban a mí.



    He pasado unos meses apática hacia la lectura, pero desde hace unos días solo me relaja la música o un libro en mis manos. Un amigo me aconsejó uno que compré pero le he tenido respeto, por la cantidad de páginas, hasta ahora, que he comenzado a leerlo y creo que me durará poco. Me está gustando, y ahora pienso que hay veces –muchas- que rechazamos algo que no conocemos por tonterías, colocamos una barrera y cuando, sin darnos cuenta, la cruzamos, vemos que no era lo que pensábamos. El libro es: “El esnobismo de las golondrinas” de Mauricio Wiesenthal. Cuando lo termine hablaré de él. 

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