sábado, 21 de octubre de 2017

Día Internacional de la Mujer



Por Chelo Payá                                                           
(08 marzo 2016)

 
Diafanidad [foto: Paco Pascual}
       

         Hoy había programada una sesión de jazz pero no he podido ir. Ahora estoy aquí en casa suponiendo que me encuentro allí; estoy fantaseando con el ambiente que puede haber, en como entraría por la puerta, en esa música de fondo que me embriaga apenas cruzo el umbral, en esa sensación de placer, en ese querer recuperar algo que siento que es mío.
         Estoy embelesada con todo lo que estar allí representa, esa media oscuridad que invitas a no fijarse en nada ni en nadie sabiendo, con la misma certeza, que nadie está pendiente de ti; allí tengo todo lo que mi cuerpo pide ¡hasta un timonet! y si, como hoy, no estoy creo que se me escapan cantidad de cosas.
         No sé qué grupo actuaba hoy, no lo sé nunca hasta que no llego, lo que sí sé es que en el escenario tenían que colocar un piano de cola y me hubiera gustado verlo, oírlo y sentirlo dentro de mí; pienso que un instrumento tan importante ha de ser acariciado por unas manos hábiles, tiernas y a la vez con energía, para poder sacar lo mejor de él. Mañana preguntaré que otros músicos lo han acompañado, ¡habrá sido perfecto!
         Lo que sí que hago es no dejar de escribir, allí me afloran las emociones de ese momento, aquí, en mi cama, igual sueño cosas que no han existido, pero me gusta imaginarlas y recrearme en ellas.
         Las cosas bellas están a la vez muy cerca o muy lejos y según en qué momento se pueden rozar con las manos o simplemente con el pensamiento, pero lo más importante de ellas es tenerlas siempre dentro de ti.
          

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