Por Chelo Payá
(28 abril 2016)
Levedad [foto: Paco Pascual] |
MOQ
MODERNQUARTET, featuring CARLES LLIDÓ: Moisés, saxo;
Chus, guitarra; Koki, bajo;
Javier, batería; y Carles,
congas.
Mi cabeza bullía
por cantidad de problemas
pero aquí estoy, porque el jazz me está enseñando a saber estar, a controlar emociones y a
disfrutar de lo que en realidad me gusta. Hoy quería escapar de mi misma y
aquí me he encontrado.
Ha sido un verdadero lujo oír por primera vez las congas y me ha parecido espectacular como cada
mano hacia una
cosa ...., hasta las tocaba con los codos.
Al inicio del concierto se ha dicho que hoy sería temas
locos y a mí me daba la sensación
de estar en África, pura y
dura. Pienso en cómo se puede estar en tantos sitios a la vez, en como la música me puede transportar a los cinco continentes
sin haber viajado nunca.
Tiene gracia que cuando a un tema
le hace algún arreglo, dicen que
lo pasan por una batidora especial.
Cuando
en el jazz hay solos de
algún instrumento pienso que tengo que mirar con más admiración y
respeto a los músicos que están haciendo
música en la calle y que también están tocando solos.
Me
gusta como chupa
el saxofonista la
boquilla, es como acariciarla diciéndole y haciéndole
sentir que unos segundos después los dos van a ser uno solo. Ahora
está meciendo el saxo como si fuera un bebé. Me transmite ternura.
El segundo tema ha sido precioso, es de esos que te
hacen soñar tanto en la tristeza como en
el gozo.
Hoy he visto claro porque los músicos se admiran tanto unos a otros, he comprendido el significado de la palabra conjunto: están unidos por un halo invisible que les une y los conecta.
Hoy he visto claro porque los músicos se admiran tanto unos a otros, he comprendido el significado de la palabra conjunto: están unidos por un halo invisible que les une y los conecta.
Por
un momento el
sonido de las
dos guitarras ha
sido electrizante y aunque parecía
que cada una
interpretaba una cosa, estaban
completamente fundidas las dos.
El baterista no ha dejado de tocar un
momento, era único, ¿cómo se pueden enlazar los diferentes sonidos? El saxo sonaba como
si estuviera andando, pam,...,pam,..., pam..., y he sabido de buena mano que esto se logra
con respiraciones cortas, ¡precioso!; al
final nos ha engañado con un silencio un poco más largo y cuando hemos comenzado
a aplaudir, ha vuelto a empezar para continuar solo un segundo. No lo sé
explicar mejor, pero me ha gustado mucho.
Ya en el colofón sonaban
las congas y, no
solo los cuatro músicos, todos
los que estábamos allí hemos contenido
la respiración intentando saber
que nos decían
aquellos sonidos que iban silenciándose poco a poco como
sugiriéndonos al oído: ¡sed felices!
Mi vida aumenta en positivo cada vez que vengo a vivir el
jazz; son casi tres horas donde me siento tal como soy. Me ha gustado una de
las frases que se han dicho: "el que no está aquí no lo puede
contar".
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